lunes, 27 de enero de 2014

UNOS Y OTROS



José Francisco Luz Gómez de Travecedo

¿Qué os sucede señor? Me asombráis una y otra vez. Es público y notorio que dos no discuten si uno no quiere. También que un partido político solo lo es si es votado para ello. ¿Cómo, pues, decidme? ¿Cómo se explica que entidades políticas de discurso absurdo, irrelevante, vacío de contenido, pero cargado de denuestos contra el contrario, únicamente, sean votados una y otra vez? Unas y otras. ¡Cómo es posible creer en la pulcritud política del que diciendo defender el Estado lo vendió en almoneda…! Lo han desgarrado para vos, señor. Unos y otros. ¿Andáis preocupados acaso por vuestra jubilación, señor? Pues no votéis a quienes han encarecido la administración hasta resultar insoportable. No votéis a quienes os exigen más años de cotización mientras, para sí, consideran suficientes 7. Unos y otros. ¿Aplaudís a quienes han hecho posible, señor, el triste honor, de ser medalla de plata entre los países con más automóviles oficiales? Unos y otros.  ¿Os place acaso saber que vuestros mandatarios pisan moqueta y pretenden depositar sus sensible posaderas en sillas de medio millón de pesetas? Unos y otros. Es ello posible, señor? Fijaos. Un barrio de cualquier ciudad populosa supera en población a algunas autonomías, sin embargo comparte con otros barrios el ayuntamiento, con el ahorro consiguiente. ¿Por qué no hacen, al menos, otro tanto las ciudades autonómicas? ¿Entonces…? ¿O pensáis acaso, señoría, que lo correcto no es refundar el Estado sobre bases razonables, de economía e igualdad, sino multiplicar los parlamentos y las administraciones acá y acullá? ¿Votáis, aplaudís, a partidos, unos y otros, que presentan como un éxito colocar deuda pública a alto interés como si fuera un producto de tecnología financiera de vanguardia cuando de lo que se trata es de comprar dinero fuera, cueste lo que cueste? ¡Qué eufemismo! Llamar a esta vulgar compra, “colocar deuda pública”… ¿Votáis partidos, unos y otros, que elevan el umbral universitario a vuestros hijos al tiempo que disponen la acogida y formación como especialistas de licenciados foráneos, médicos en su mayoría, con independencia de la calidad de su formación? Os invito, señor, a que os mováis por Internet. Hallareis allí razón de lo que os digo , pero os lo repito: no vais por buen camino. Creedme. De no ser yo luzlandés haría tiempo que me habría expatriado. Vos veréis.



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