José Francisco Luz Gómez de Travecedo
¡Hola, hola! ¿Pero que
tenemos aquí? -me pregunto cuando por el rabillo del ojo excita mi curiosidad
el colorido chillón de un vehículo que rueda por la calzada-, ¿una carrera
ciclista, quizás, con sus coches multicolores?, ¿el vehículo de una cadena de
televisión, tal vez?, ¿el buga maqueado de un excéntrico, acaso? –sobrepuesto
intento contestarme, pero es tarde y el vehículo se pierde a lo lejos-, ¡Qué
lástima, señor! –pero no, poco después el mismo vehículo me rebasa en dirección
contraria y, prevenido, en sus costados leo: policía de Aragón-. ¡Vaya por
Dios! Otra más. Otro pasito en pos del estadito, tararííííí..., con el que sueñan nuestros autonomistas que
ya tienen oficina de Asuntos Exteriores, pronto, presumo, selecciones
nacionales y, más y más competencias estatales, tararííííí... ¿Para cuándo una
ceca? Por el contrario, ni el más mínimo avance en la obtención del tesoro
sacro, ni en la recuperación del patrimonio documental retenido en el Archivo
de la Corona de Aragón so pretexto de no quebrarlo, ni en las comunicaciones
transpirenaicas (ferroviarias incluidas que también cuentan con detractores: en
la red puede leerse un Manifeste contre le projet de túnel sous le vignemale).
El Aragón de nuestros políticos localistas en un mediterráneo que juega a
estadito, tararííííí..., pero olvida que otrora, siendo reino, fue a remolque
del Condado de Barcelona que lo convirtió poco más que en el patio de atrás.
Por cierto, ¿dónde se hallan enterrados los reyes de la Corona de Aragón? ¿dónde
el panteón real? ¿en san Pedro El Viejo? ¡Tararí que te vi! En Poblet,
Tarragona. ¿Lo dudaban? La porfía en acentuar el hecho diferencial, más bien la
creación del hecho mismo, por parte de nuestros políticos localistas, todos, es
anacrónica, peligrosa -porque es caldo de cultivo del patriotismo que será
siempre un sentimiento de identificación contra (en acertada expresión
de José Antonio Marina)-, absurda, un pecado económico, contraria a los
intereses de los ciudadanos, que se ven enchiquerados, y a los esfuerzos por
ampliar nuestro espacio vital. Es Europa nuestro empeño y si algo debemos ser
ahora es europeos. No es la policía de Aragón la que interesa sino la de
Europa, aún más que la estatal, y que nuestras conexiones con ella sean estas o
aquellas: ¿qué más dará?
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